Nuestro Mensaje


El Perú tiene aproximadamente 31 millones de habitantes, un parque automotor conformado por 2 millones 800 mil vehículos; pese a ello enfrenta una severa crisis que se manifiesta en una alta tasa de siniestros de tránsito. Entre otros aspectos los más relevantes son una deficiente red vial nacional y urbana, sin el soporte tecnológico que nuestro tiempo ofrece como son, controles de velocidad cámaras, semáforos “inteligentes”.

También contribuye a esta difícil situación las múltiples autoridades, exceso de normas, impunidad en las sanciones, laxitud en la gestión y sanción.

Fundamentalmente, la carencia de cultura vial en toda la población hace mucho más difícil enfrentar este grave problema.

 

A las Autoridades

Comprometidas en el Sector corresponde asumir con mayor proactividad las responsabilidades asignadas por Ley o sus reglamentos en particular invocamos a la Comisión Multisectorial de Seguridad Vial, conformada por 10 instituciones, para que coordinando estrechamente adopten medidas más eficaces. Reconociendo la buena voluntad de los responsables, aún hace falta fortalecer el prestigio institucional, la gobernasa y el liderazgo para obtener la adhesión de la ciudadanía, cuyo compromiso debe ser la respuesta mediante el cumplimiento de las normas que redundaran en el orden y Seguridad Vial.

 

A los empresarios y operadores

Les recordamos que el Estado les garantiza el ejercicio del libre mercado en las diferentes modalidades de transporte (interprovincial, intrarregional, de carga y mercancías, urbano, interurbano, taxi y mototaxi) entre otras ventajas, cada quien establece la tarifa de su servicio; pero la ciudadanía no siempre recibe la atención que espera. La informalidad en el servicio de transporte es cuando los empresarios u operadores sobreponen el facilismo antes que el cumplimiento de las normas.

Ahora, al iniciarse la implementación del Servicio Integrado de Transporte a cargo de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao –ATU, cuyas condiciones claramente señala la Ley, deberían cumplirse estrictamente y los transportistas del sector tradicional procurar una reingeniería interna integrando a los dueños individuales de los buses como accionistas y buscar el patrocinio del estado, para renovar la flora vehicular de la empresa.

A la Comunidad

Invitarlos a ser partícipes activos y promotores de la cultura vial en del Perú. Las leyes, las autoridades y las entidades competentes no podrán solucionar solas el grave problema que nos aqueja. Los miles de vidas segadas violentamente en un accidente de tránsito y los miles de lisiados que llevan una huella indeleble en su cuerpo y mente deben motivarnos a cuidar nuestra vida y a enseñar a los demás con el ejemplo, en particular a los niños.